martes, 23 de agosto de 2011

Flavia Palmiero: "Cuando subí al escenario es como si no hubiera pasado el tiempo"


A 25 AÑOS DE SU DEBUT CON LA OLA VERDE, EL PROGRAMA INFANTIL QUE MARCÓ UNA ÉPOCA, UNA DE LAS MUJERES MÁS CARISMÁTICAS DEL PAÍS SORPRENDIÓ A TODOS Y VOLVIÓ A DEDICARSE A LOS CHICOS, EL PÚBLICO QUE, SEGÚN SUS PROPIAS PALABRAS, LA HACE SENTIR MÁS CÓMODA. UNA MUJER QUE CONQUISTÓ EL PAÍS CON MENOS DE 20 AÑOS Y AHORA VUELVE CON LA MAGIA INTACTA. EN ESTE NÚMERO DE CLUBS & COUNTRIES, FLAVIA MUESTRA CÓMO VENCER AL TIEMPO.
Por José Medrano
La mujer desafía el paso del tiempo y sí: ¡está igual! O casi. Porque los años no pasan en vano y, tras haber triunfado como nadie con los niños, luego de haberlo intentado también con adolescentes y adultos, y después de una relación de años con uno de los más poderosos empresarios argentinos, su imagen quedó siempre ahí, como conservada en formol dentro de la memoria emotiva, especialmente en la de aquellos que superan los 30 y recuerdan su infancia ligada a uno de los más grandes éxitos de fines de los 80: La Ola Verde. Pero llegar hasta Flavia requiere de paciencia; hay al menos diez periodistas que buscan entrevistarla y ella, muy profesional, se preparará para cada medio, para cada público que, finalmente, es uno solo: aquel que la recuerda con el emblemático Señor Televisor, hoy convertido en una moderna pantalla de leds. Sí, pasó el tiempo y Flavia no es la misma, aunque logró conservar detrás de la actriz, de la femme fatale y de la que bailó por un sueño, a la chica de 19 años que cautivó a todos y que hoy, superados los cuarenta, quiere surfear una ola más.
¿Cómo surgió este regreso a La Ola Verde después de tanto tiempo? Fue un proceso de muchos años de decir “no”, porque no me animaba; porque pensaba que era una etapa cumplida; porque nunca imaginé que algún día iba a tener la energía de conquistar a los chicos; porque competía mucho con lo que había hecho a los veinte años. Siempre me resultaba raro pensar en que había pasado el tiempo, hasta que un buen día me levanté y dije: quiero volver. Quizás en esto tuvo mucho que ver la gente que siempre me decía cosas lindas, que me pedía que vuelva, que no se había olvidado de nada. Ese fue el gran motivador: el público que siempre me recordaba todo lo que había vivido en su infancia. Entonces este regreso nace después de un largo proceso en el que hice muchas otras cosas, hasta que todo confluyó para que esté hoy acá. No creo que haya sido solamente mi decisión.

Además en este 2011 se cumplen 25 años de tu primer salida con el programa. Sí, este año es el aniversario de la primera Ola Verde en Canal 11 y bueno, de alguna manera, era ahora o nunca. Fue algo mágico, un día me levanté y quise hacerlo.

Hace un tiempo se habló de gente que iba a acompañarte, mencionaron a Rocío Guirao Díaz, a Luisana Lopilato… No, eso fue un error de información. Pudieron haber sido ellas u otras chicas; en realidad era un proyecto que tenía que ver con La Ola Verde, pero en donde yo no iba a ser la conductora; ellas iban a ocupar mi lugar. Era otro programa que no tiene nada que ver con este. De hecho, en ese momento yo preferí no hacerlo porque no estaban las condiciones dadas y la verdad es que La Ola tiene una mística muy particular, y la gente que lo recuerda le tiene un amor muy grande; entonces había que ser muy cuidadoso con lo que se hacía. La verdad es que cuando decidí no hacer aquel show no sabía que iba a regresar yo.

¿Y qué es lo que tiene esta nueva Ola? Yo creo que este proyecto si bien tiene toda la esencia del pasado, o sea: La Ola Verde, La Ola está de Fiesta, y Corazón de tiza, va a tener también mucho de actual, va a estar aggiornada y sabemos que estamos montados sobre el 2011.

Sí, ¡el Señor Televisor es un LCD! ¡Es una pantalla de Leds! Eso es un gran avance (risas). Además, por ahora son shows en vivo, más el disco. Estuvimos en el Maipo y después vamos a recorrer el país, pero por el momento no vamos a hacer televisión.

¿Cómo fue el reencuentro con los chicos?El reencuentro con los “chicos grandes” fue maravilloso (risas). En serio, fue increíble, porque vuelven a ser niños otra vez y llegan al show enloquecidos como cuando tenían cinco o diez años. Lo que más asombró es cómo ellos les transmitieron a sus hijos, primos o sobrinos todo lo que vivieron. Y eso se nota a los cinco minutos de que empieza el espectáculo, porque los verdaderos chicos, que no me conocían para nada, pasan a conocerme de una manera automática y yo no me esperaba eso. Es todo un desafío conquistarlos cada vez que me subo al escenario: cuando volví por primera vez y los vi con las banderas y tan felices, quedé impactada. En mi segundo show, que fue en Ituzaingó, estuve muy emocionada, porque tuve la sensación de que el tiempo no había pasado.

¿Qué diferencias notás entre los chicos de hoy y los de antes? Todavía no te puedo decir las diferencias. Sé que cuando quise volver a hacer este show, me salió por instinto, no pensé mucho en lo que se usa o en lo que no se usa, tampoco tuve en cuenta las modas. Yo lo hago desde un lugar que es muy cómodo para mí, un lugar donde no hay misterios. Y la tecnología de estos días no tiene que distanciarnos, al contrario: tiene que estar de nuestro lado. Hoy tengo una puesta en escena mucho más exigente: canto en vivo, bailo mucho más que antes y hay ciertas cosas que no cambian con el paso del tiempo.

Hace poco dijiste que con los chicos las cosas son mucho más simples de lo que parecen, ¿es así? En este caso las canciones fueron muy fuertes. Además rescaté las que más habían gustado y las actualicé con los sonidos de hoy en día, pero nunca perdieron la rítmica ni el encanto; entonces los chicos se siguen enganchando desde lo auditivo y las sensaciones siguen ahí. Tenemos muy en claro que visualmente hay que mostrarse en el 2011, pero con una esencia que no cambia, que es la esencia de la infancia. Es ahí donde las cosas son más simples de lo que parecen.

También es cierto que los chicos ahora están más violentos y hay otro contexto… Todos dicen eso y yo no sé si es así. El otro día salí al escenario y vi cómo, en dos minutos, chicos de todas las edades se divertían sanamente, y también los grandes. Entonces creo que cada uno elige lo que le gusta. Lo importante es que cada uno encuentre lo suyo y que haya buenas opciones.

En todos estos años pasaron muchas animadoras para chicos, pero de alguna manera vos estuviste siempre presente, ¿qué te pasa con eso? Eso es algo que me dicen mucho ustedes, los que eran chicos cuando existió La Ola Verde, pero no lo sé, porque después de dejar el programa no consumí más ese tipo de cosas, porque mis hijos empezaron a ver otras y después se hicieron más grandes, entonces no conocí nada de lo que pasó después. Quizás marqué una tendencia que después se siguió y la continuó mucha gente, lo cual está bueno, y también está bueno volver a retomar el camino, pero siempre marcando una diferencia.

¿Cuánto te preparaste en estos años?Mucho, la verdad que ahora tuve tiempo. Tengo muchos años en clases de canto, baile y actuación, cosa que a los 19 años no pude hacer. Quizás lo que más me impactó es que el timbre de voz es el mismo: a pesar de que ahora tengo más capacidad para cantar, el color de la voz es igual.

Trabajaste también con adolescentes y con grandes, ¿tu público ideal es el infantil?Eso dicen… (risas). Yo me siento muy cómoda con los chicos, pero ahora me estoy probando de vuelta, todavía no lo sé. En el primer show que dí en Vicente López sentí que sí, que esto es lo mío. Asumo que es mi debilidad, pero no voy a descartar otras cosas por eso. Yo soy una artista, y hago un show para chicos de la misma manera en que lo hago para grandes. Hago lo que me gusta y lo hago con todo el profesionalismo; yo a los chicos les hablo del mismo modo en que lo hago con los grandes, esa es la verdad. Les hablo de igual a igual. Lo hice a los 19 años y también ahora.

¿Y tus hijos cómo tomaron este regreso?Para ellos fue raro, porque Giulana (22) nació en La Ola y Gianni (16) no lo vivió, él conoció mi etapa de actriz y conductora de televisión. Es raro, porque ahora ya soy una mujer mucho más experimentada; en aquella época era una chiquita que recién daba mis primeros pasos, que empezaba a tener mis propios hijos, y eso es algo que hoy me suma mucho, porque puedo hablar con los padres desde otro lugar. Mis hijos están contentos de que yo haga lo que me gusta, pero para ellos yo sigo siendo su mamá: es lo mismo que vaya al teatro que a una oficina. De más chiquitos disfrutaron mucho porque vivieron rodeados de otros chicos, pero la verdad es que ahora son grandes, tienen su vida y yo tengo más tiempo para trabajar. Quizás era algo pendiente, porque muchas veces no pude cumplir del todo con mi carrera porque quise ocuparme de ellos.

¿Dejaste La Ola por tus hijos? No, en ese momento lo dejé para armar la telecomedia infantil en televisión Corazón de Tiza, que fue la primera vez que se hacía, y que fue una idea de Alejandro Romay y mía, y en donde pude actuar, bailar y cantar para los chicos y, sin querer, inventamos un género que después continuó.

Te lo habrán preguntado mil veces pero, ¿te gustaría volver a ser mamá?Sí, claro que me gustaría. De todas maneras estoy muy realizada como madre y, sin dudas, lo que más me gustó en la vida fue ser mamá. Pero reconozco que tuve hijos de muy joven y, como siempre trabajé, hubo mucho de sacrificio; ahora que los chicos están más grandes, tengo un poco más de libertad para hacer mi trabajo, y ellos me acompañan más que antes. Ahora estoy sola, pero bueno, nunca se sabe…

PING PONG
Un libro “Santa Evita”, Tomás Eloy Martínez.
Un disco No puedo elegir uno sólo, mi iPod es un desfile de géneros. Me gusta todo.
Una película Notting Hill, La Boda de mi mejor amigo.
Una comida Todo lo que tenga que ver con mariscos me encanta.
Una persona a quien admires Es difícil porque tengo mucho referentes en la vida. Admiro a mucha gente, te puedo admirar a vos, a mis hijos, a mi madre… depende.
Un lugar en el mundo Mi casa, sin dudas. Me gusta mucho cocinar y estar con mi familia. Me gusta mi hogar, no lo cambio por nada.

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